¿Qué viene para la educación superior? Este modelo de aprendizaje alternativo para el futuro puede tener la respuesta
Las instituciones de educación superior se encuentran atrapadas en un angustioso dilema. Por un lado, los empresarios han expresado una creciente preocupación por la desconexión entre la educación y la empleabilidad. Por otro, el coste de la enseñanza superior crece rápidamente. En Estados Unidos, por ejemplo, las tasas de matrícula han superado la inflación de forma significativa, y la deuda total ha superado los 1,75 billones de dólares.
No debe sorprender que la opinión pública de la educación superior en EE.UU. haya caído en picado en los últimos años y que las instituciones académicas se vean envueltas en un debate cada vez más polarizado. Y por todo ello, la salud de muchas instituciones académicas en Estados Unidos es precaria, lo que indica que los problemas estructurales están muy arraigados.
Los problemas también son globales: muchos países subvencionan la enseñanza superior de forma significativa, y el gasto público alcanza el 2,5% del PIB, mientras que la brecha de empleabilidad suele ser aún más pronunciada que en EE.UU.
Los empleadores están empezando a reaccionar de dos maneras. En primer lugar, dependen menos de la educación universitaria: el número de puestos de trabajo que requieren un título universitario se redujo en un 45% en EE. UU. durante el primer año de la pandemia. En segundo lugar, las grandes empresas están probando vías educativas alternativas para el empleo.
La mayoría de las industrias habrían declarado una emergencia en tales circunstancias, y el mundo académico debería hacerlo. La educación superior clásica tiene muchos atributos que deben preservarse: una educación completa, preparación para la vida y desarrollo social y emocional.
Pero el liderazgo académico debe dar respuestas a las preguntas existenciales antes de que se les impongan soluciones menos agradables.
En septiembre de 2022, se publicó un libro blanco sobre los lineamientos para las nuevas instituciones educativas (NIE) que describen un modelo alternativo para la educación de bachillerato en campos como la informática y los negocios. En este apartado se prooponen varios cambios estructurales, pedagógicos y curriculares.
La NIE pretende ser principalmente residencial, pero la enseñanza se basará en un modelo denominado “flipped classroom”, casi exclusivamente. En las aulas invertidas, el material de clase se presenta digitalmente, y el tiempo de clase real se dedica a los debates, la resolución de problemas prácticos, los laboratorios y el entrenamiento.
El contenido en línea puede extraerse de muchas fuentes existentes, y el NIE puede asociarse con otras instituciones similares y con una institución “madre” para dar forma a este contenido. La calidad de la enseñanza será una preocupación predominante en una NIE, y el profesorado será juzgado principalmente en ese frente.
Las cooperativas -experiencias industriales curadas en las que el crecimiento de los estudiantes es el objetivo clave- son fundamentales en la nueva institución educativa. Para dar cabida a las cooperativas, el modelo NIE propone un calendario trimestral que consiste en “semestres” de igual duración en otoño, primavera y verano, con suficientes intervalos para garantizar que los estudiantes también disfruten de saludables descansos.
Un plan de estudios de cuatro años constará de 11 trimestres, de los cuales cuatro serán de cooperativas. Se animará a las organizaciones -entre las que se incluyen empresas, laboratorios, museos, otras universidades y organizaciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional y las Naciones Unidas- a que colaboren estrechamente con los NIE en el desarrollo de estas cooperativas.
Las asociaciones tendrán varias dimensiones: se invitará a los empleados cualificados de las empresas a pasar periodos sabáticos en el NIE, y se animará al profesorado del NIE a tomar periodos sabáticos en estas instituciones.
Se espera que esta sólida asociación produzca varios beneficios, sobre todo para garantizar el contexto, la relevancia y la preparación de todos los aspectos del NIE. Lo más importante es que los estudiantes recibirán una remuneración durante las prácticas, lo que cambia la ecuación del flujo de caja para ellos, y las empresas pueden utilizar las prácticas para garantizar una reserva de candidatos preparados para el trabajo.
Una alternativa a la estructura tradicional de los cursos
El NEI también propone una alternativa a un menú “libre” de cursos; los cursos se organizan en varias secuencias con credenciales, que pueden verse como una generalización de las especialidades y las especializaciones.
Una titulación se compone de cinco o seis secuencias con credenciales, y cada credencial tiene un valor independiente dentro de la titulación. Creemos que los cursos de humanidades son esenciales en el mundo moderno, y los integramos en estas secuencias.
Por ejemplo, una secuencia sobre inteligencia artificial puede tener cursos de álgebra lineal, computación, aprendizaje automático, ética y ciencias sociales “incorporados”. Las secuencias serán impartidas en equipo por grupos multidisciplinares de instructores, utilizando material en línea en lugar de conferencias, y centrando el tiempo en persona en el verdadero aprendizaje, en la contextualización y en la relevancia en el mundo real.
Las microcredenciales tienen otras dos ventajas. En primer lugar, las tasas de abandono son un grave problema en la educación superior actual, y el registro más granular de los logros dentro de la titulación proporciona a los estudiantes que no completan las titulaciones unos logros comercializables que siguen siendo valiosos.
En segundo lugar, no es posible creer que la educación termine con la graduación en el siglo XX; es claro que los estudiantes seguirán acumulando conocimientos y habilidades a lo largo de su vida matriculándose en credenciales en línea mientras trabajan.